Como cristianos, tenemos el llamado de buscar el bienestar de nuestro prójimo y promover una sociedad con un verdadero sentido de justicia y desarrollo. Debemos convertirnos en cristianos valientes que trabajen desde la integridad y la fe para lograr un sistema transformador y eficiente. Por ello recomiendo el curso Corrupción y fe cristiana, porque es un espacio que servirá para desafiar e impulsarnos a actuar y promover la integridad en nuestras vidas, contagiar a los que nos rodean y ser agentes de cambio en nuestras iglesias y comunidades.